Hemos recibido en la montaña de la Falconera un misterioso paseante de turbante. La señora gorda de los binóculos llamó a la policía en el momento que le perdió de vista atrás de los árboles. Sería un terrorista? Un faquir? Un bañista con la toalla en la cabeza?
Dice mi gato, más acostumbrado a estas apariciones, que tenía gusto de fresa, pero que la nata estaba bien.
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