jueves, 26 de mayo de 2011

UN MILAGRO.

Esto acaba de sucederme.

Tenia que ir a un curso en la ciudad. Me duché, me vestí, cogí mis apuntes, el casco y fui hasta la moto. Guardé lo que tenia que guardar en el baúl debajo del banco, encendí la moto y me fui montaña abajo, disfrutando como un chino del aire veraniego que está llegando. Entre sinuosas curvas y rectas mas aceleradas, después de 12 minutos encendí el intermitente y me dispuse a estacionar. Fui a apagar el motor, y como si fuera un sueño o un resplandor de la séptima dimensión, algo no estaba en su sitio, la realidad no se correspondía 100%.
El motor ronroneando aún, pero la llave no estaba en su sitio!
Es posible que se haya caído. Es normal en esta moto de medio pelo continuar funcionando sin la llave, como aquellas gallinas sin cabeza.
No podía dejar la moto allí pues no tenía como desligarla (no se si ese es un término portugues, pero se entiende) así es que me encaminé a desandar todo lo recorrido hasta ese lugar. Tenia la seguridad de que la encontraría, de que me estaba esperando en un rinconcito de la acera.

Volvi como un fantasma, mirando el suelo, cada calle, esquina y rotonda. Cuando no podía continuar por ser la calle de transito en una sola dirección, hacia el rodeo, y así, entre circulos y el sopor hipnotizante por ver tanto asfalto, fui llegando a casa.
Estacioné frente a la puerta, pensando que mi querida moto estaba condenada al abandono, pues no tengo segunda llave y además la tendría que dejar con el motor trabajando hasta acabar la gasolina.

Fui hasta la casa a buscar un desatornillador o una llave cualquiera que me sirviera para acabar con su agonía, cuando me encuentro, en el perchero de las llaves, LA LLAVE DE MI MOTO, SONRIENDO COMO DICIENDO: Estás bien cariño?

Los milagros existen sí señor.

O que alguien me explique esto.

CAMISETA